El empate en un gol que registraron Central Córdoba y Sportivo Italiano en el partido de ida de la Promoción Primera B – C hace que el futuro de ambos equipos se defina el próximo sábado cuando vuelvan a enfrentarse en Ciudad Evita. Si bien el empate deja mejor parado al azzurro, teniendo en cuenta que tiene ventaja deportiva, el conjunto rosarino mantiene la fe intacta.
La tarde noche en el barrio Tablada tenía clima de una verdadera final tanto en las tribunas como en el campo de juego, donde ninguno daba el brazo a torcer y se vivía un intenso encuentro.
Salinas quiso complicar en el arranque por el sector de Martínez, pero del otro lado Verón empezaba a desnivelar con su velocidad para llegar las cercanías de Leguizamón, produciéndose por momentos un ida y vuelta constante.
Con el correr de los minutos, la visita fue teniendo algo más de control del balón, pero no lograba generar juego ofensivo más allá de los piques de la “Brujita” porque Imperiale no encontraba ubicación ni conexión con sus compañeros.
A tal punto se sentía la falta de un conductor que Italiano tuvo su primera llegada de riesgo recién a los 42 tras un corner pasado de Seba Gómez desde la izquierda, que Leo Gómez cabeceó cruzado y nadie llegó a empujarla a la red.
Tampoco Anconetani tenía trabajo del lado de enfrente, pero una falta de Martínez sobre Villagra derivó en un tiro libre que Fabello ganó de cabeza en lo alto para abrir el marcador cuando restaba solo un minuto para el descanso.
Golpe imprevisto para los conducidos por Pascutti, que dejó en los vestuarios a Ronconi e Imperiale para mandar a la cancha a Rosa y Astudillo con la idea de tener algo más de contención en el medio y sumar un hombre más al ataque.
Sin embargo, los de Ciudad Evita no reaccionaban y debió aguardar hasta los 20 para que Pinto pusiera la igualdad a través de un penal cobrado por Barraza por un empujón de Castro sobre Astudillo, que generó bastante discusión en los locales.
A partir de allí el nerviosismo se trasladó a los “Charrúas”, el trámite se opacó y el azzurro empezó a ver el empate con buenos ojos de cara al compromiso de vuelta en su propia cancha.
No obstante, a los 40 casi se tuerce la historia a favor del conjunto rosarino porque Lezcano conectó de cabeza un centro de Taborda desde la izquierda y cuando la pelota superaba a Anconetani apareció Blanco para evitar el gol utilizando la panza y parte del brazo derecho, lo que generó el pedido de penal.
El final decretó un resultado que le cae mejor al ACIA, por cómo se dio el partido y por la posibilidad de cerrar favorablemente la serie en su propia casa, aunque debería mejorar su imagen futbolística para que la permanencia no corra riesgos.
