El estado
anímico y futbolístico de Sportivo Italiano no termina de ser el ideal para
esta etapa del campeonato en la que se está jugando su permanencia en la
categoría. Más si se tiene en cuenta que los triunfos se le escapan de las
manos y los rivales directos logran sumar de a tres en reductos difíciles, como
sucedió en esta fecha.
El “Azzurro”
arrancó con mucha euforia su encuentro ante Fénix, pero en un cuarto de hora
todo eso que había insinuado se fue diluyendo a medida que no encontraba la
pelota en el medio y los del fondo no se movían con la suficiente seguridad que
se necesita para no ir a buscar la pelota en el fondo del arco propio.
Por el
contrario, el conjunto de Pilar tuvo bastante movilidad y despliegue en la zona
de la mitad de la cancha para que el tridente ofensivo tuviera mayor
participación en el área contraria, donde Acevedo no podía descuidarse.
Pese a que
las cosas no salían bien, Italiano logró ponerse en ventaja casi sin
proponérselo cuando ya se acababa la primera tarde y gracias a una jugada que
arrancó en campo propio, continuó por la izquierda y terminó con la asistencia
de Catalán para la definición certera de Rojano.
La historia
se imaginaba diferente para lo que restaba, pero los de Toresani siguieron
confundidos tanto a la hora del traslado del balón como para idear y encontrar
los caminos correctos que le permitiesen asegurar una victoria que por entonces
parecía un premio exagerado.
Se extrañó
la ausente búsqueda de alternativas desde el banco visitante para tratar de
enderezar el rumbo y fue allí cuando Fénix aprovechó algunas desinteligencias
en la marca para llegar a la igualdad por intermedio de Vombergar, desde casi
debajo del arco.
El cielo de
Villa Raffo variaba entre soleado y nublado, pero en el campo de juego Italiano
siguió viendo los mismos nubarrones del bajo promedio que lo persiguen desde
hace mucho tiempo y de los cuales cada partido que pasa se le hace más difícil
zafar.