El “Azzurro”
arrancó dormido, aunque con el correr de los minutos logró acomodarse y ser
superior a Almagro en el mediodía de Ciudad Evita. Sin embargo, no tuvo la
claridad necesaria para establecer en la red la diferencia que hubo en el campo
de juego y de esta manera se quedó lamentando un empate que no le sirve
demasiado de cara a la lucha por la permanencia.
La visita
fue quien tomó el protagonismo desde el inicio aprovechando cierto nerviosismo que
reinaba en el ambiente por la crítica situación futbolística que atraviesa el
conjunto conducido por Julio Toresani. Tan enchufado salió a jugar Almagro que
antes de los dos minutos Holgado cabeceó contra el suelo, Acevedo alcanzó a
desviarla y la pelota dio en el travesaño antes de salir al córner.
Mientras en
el fondo no corría riesgos, Quiroz, Ruquet y Castano sobresalían del resto por
su participación permanente en el juego de la mitad de la cancha hacia adelante,
donde Altamirano tuvo su chance en un remate que se fue muy cerca del palo
derecho.
Pero pasados
los veinte Italiano dio un golpe de timón y pasó a manejar las instancias de
juego con una cuota mayor de atrevimiento para empezar a darle más actividad a
Gómez bajo los tres palos.
Daba la
sensación de que el local se iría al descanso en ventaja por todo lo que
generaba, pero la imprecisión a la hora de la definición le jugó una vez más en
contra, lo mismo que tras el reinicio. Rojano no pudo, Coria tampoco y la suerte
no los acompañaba, por lo que tanto en el juego como en las tribunas se veían
constantes gestos de lamento.
Arrechea vio
la segunda amarilla y Almagro se quedaba con diez cuando ya no mostraba
síntomas de reacción y no le quedó otra que reacomodarse y resguardarse para al
menos mantener el cero.
Los ingresos
de Navarrete y de Fleita fueron claras muestras de la necesidad del azzurro obtener los tres puntos, pero la velocidad y
el aire fresco que pudieron aportar ambos no contó con la buena precisión
frente al arco por parte de Coria en un par de manos a mano clarísimos.
Aún con la
desesperación del caso, era solo un equipo el que quería y buscaba, incluso en
los cuatro minutos adicionados. Pero el pitazo final trajo por el lado de los
tanos una sensación de decepción por no haber podido ganar, pero a la vez hubo
un merecido reconocimiento con aplausos a los jugadores por lo que habían
entregado.