Con orden y
practicidad, Sportivo Italiano goleó en su visita a Argentino de Merlo y logró
ubicarse en soledad en el segundo lugar de la tabla, al menos hasta que jueguen
los restantes perseguidores del líder Sacachispas.
Si bien la “Academia”
cierra la tabla junto a Dock Sud, venía corrigiendo algunas falencias y así logro
sumar una racha de cinco partidos sin derrotas y sin recibir goles. Trató de repetir
ese camino en el comienzo del encuentro y el trámite se hizo parejo, pero sin
demasiados atractivos en las cercanías de las áreas.
Con el
correr de los minutos, la visita fue imponiendo tranquilidad para manejar el
balón y poco a poco fue aprovechando cada uno de los errores que volvería a
repetir su rival, principalmente en la parte defensiva.
Malandra y
Marclay pasaron a ser inalcanzables por los costados para los
laterales-volantes locales y justamente el ex Argentino de Quilmes se fue hasta
el fondo por la derecha y lanzó un centro perfecto que Giambuzzi conectó en el
primer palo hacia la red.
Efectividad
pura para los de Aldirico en la primera aparición clara sobre el arco de
enfrente, algo que repitió sobre el cierre de la primera parte cuando Malandra
aprovechó una mala salida del fondo académico para estirar la ventaja.
A la vuelta
del descanso, Quiroga agotó variantes buscando revertir la historia, pero sus
dirigidos no encontraban un circuido de juego para abastecer a los de adelante,
mientras que en el fondo generaba confusión cada vez que lo presionaban un poco.
El ingreso
de Aguilera como volante por la derecha del ACIA sirvió para explotar aún más un
sector por donde Marclay levantaba vuelo y nadie lograba detenerlo, a tal punto
que entre ambos generaron varios contragolpes hasta llegar a clara posición de peligro.
Perelman
bajó al “Pájaro” dentro del área, el juez no dudó en marcar penal y el propio
delantero se encargó de transformarlo en gol con algo de suspenso, ya que
Cabrera le atajó el remate, pero en el rebote se tomó revancha.
La
diferencia ya era inamovible por más que restara jugarse un cuarto de hora
porque los de Aldirico jamás sufrieron atrás, los volantes siguieron manejando
el ritmo y los de adelante estuvieron atentos para presionar y tratar de no
desperdiciar alguna chance que se les pudiera presentar.