Se van achicando los tiempos y también las posibilidades de que Sportivo Italiano siga en la Primera B Nacional porque el equipo sigue sin rumbo, no le encuentra la vuelta a los partidos y termina perdiéndolos. Esta vez fue víctima de un Quilmes que, sin lujos y aprovechándose del mal momento de su rival, terminó imponiéndose cómodamente por 2 a 0 para ubicarse en el segundo lugar de la tabla.
Iban solo dos minutos cuando Garnier tomó la pelota por derecha y se fue metiendo hacia adentro para cruzársela a Battaglia, quien avanzó unos metros aprovechando que Ariel Martinez no salía a su encuentro y lanzó un centro pasado, que ganó en lo alto Caneo para que Sava, solo delante de Bordad, abriera de cabeza el marcador.
Una vez más el azzurro estaba en desventaja desde el inicio y así todo se le empezaba a hacer mucho más difícil, especialmente en el primer cuarto de hora en el que el local parecía querer llevárselo por delante.
Sin embargo, los volantes del conjunto que conduce técnicamente Toresani se fueron adueñando de la pelota ante un “Cervecero” que solo miraba y que mostraba fallas a la hora de defender. Pero Britos no estaba en su tarde y la voluntad de Saccone no alcanzaba por lo que el trabajo ofensivo no daba sus frutos y Trípodi casi no tenía trabajo.
A los 14, una buena combinación entre Schmidt y Saccone terminó siendo desaprovechada porque el remate final de Sebastián Gómez se iría desviado. Pese a que seguía teniendo el control del balón, esa fue una de las escasas jugadas de la primera etapa en las que el azzurro logró meterse en las cercanías del arco local.
Para el complemento Quilmes tomó nota de lo inofensivo que era Italiano tanto para su defensa como para su arquero y entonces salió decidido a definir el trámite. Con las subidas de Garnier y Battaglia por los costados, con la habilidad de Caneo, las corridas de Narvay y la presencia amenazante de Sava se hizo dueño del partido y lo manejó a su gusto.
Narvay se perdió el segundo a los diez pero a los doce Caneo entró al área sin obstáculos desde la derecha y cuando se encontró con el arquero definió abajo para asegurarse la victoria porque desde allí hasta el final reguló el ritmo, no corrió riesgos y empezó a pensar en su próximo compromiso ante el líder Instituto.
A Italiano no le quedó otra que esperar el pitazo final porque la segunda conquista lo golpeó y no pudo restablecerse. Incluso pudo haber sufrido otras conquistas si Bordad no le ganaba un mano a mano a Sava a los 28 y si Gómez no despejaba en la raya a los 37.
La agonía ya se hace interminable y el destino indeseable regresando a la Primera B es casi inevitable por más que las matemáticas sigan dejando un pequeño margen a la ilusión. Por eso de ahora en más resta esperar un final de la forma más decorosa posible y no quedar en el recuerdo como una de las peores campañas en la historia del la segunda categoría del fútbol argentino.
FOTOS: MYRIAM CELANO.