El gol tempranero sorprendió a muchos, pero la falta de una identidad futbolística del equipo para tratar de remontar el partido fue lo que más fastidió a todos los que se habían acercado a Ciudad Evita con la ilusión de alcanzar el primer triunfo como local.
Los reproches fueron casi generalizados hacia los jugadores, el cuerpo técnico y después del tercer gol también le apuntaron a los dirigentes que se encontraban presentes.
A diferencia de los que sucedió en el encuentro de la segunda fecha ante El Porvenir donde el azzurro ilusionó con la remontada tras estar dos goles abajo, esta vez no hubo contagio desde el campo de juego hacia la tribuna y fue por eso que muchos plateístas decidieron irse cuando se produjo el tercer gol naranja y aún restaban jugarse diez minutos.
