Sportivo Italiano volvió a caer, esta vez en tiempo adicionado ante Almagro, y quedó en evidencia que más allá del cambio de técnico hay muchas cosas que corregir dentro de un equipo que no encuentra identidad y cuyas individualidades siguen muy lejos del nivel deseado.
Nada cambió por el momento pese a la salida de Horacio Bongiovanni y la posterior asunción de Enrique Massei en forma interina, ni el incentivo que podría generar la presencia en la platea de alguno de los entrenadores que en los últimos días se lo mencionó con chances de ponerse frente al equipo, entre ellos Gerardo Reinoso.
Ya de entrada, cuando se jugaban solo seis minutos, el local sufriría el primer susto ante una solitaria aparición de Figueroa por izquierda que el siempre seguro Flores terminó despejando. Luego fue Seba Gómez quien se perdió la posibilidad de abrir el marcador en un partido que por momentos se hacía de ida y vuelta más por los errores rivales que por las virtudes propias.
Entre los dos, era Italiano quien tenía un poco más la pelota en su poder, pero no la administraba de la mejor manera, como sí lograba hacerlo el medio campo de Almagro para que sus avances fuesen más punzantes. Por eso el uno azzurro tenía más participación que su par tricolor, quien solo se veía amenazado por las corridas y la insistencia del “Lobo” Saccone.
Ninguno fue lo suficientemente efectivo en la zona de definición por lo que el primer tiempo se fue sin goles y con un lesionado de cada lado: Sebastián Gómez, que debió ser reemplazado a los 27 por Ronconi, y Richard Murillo, que no volvió tras el descanso.
Tras el reinicio, nuevamente la defensa de los de Ciudad Evita se equivocaría, solo que esta vez Claudio Acosta cruzó un remate para ubicar la pelota junto al palo derecho y fuera del alcance del arquero, poniendo a la visita arriba del marcador.
Por suerte los de Massei se recuperaron rápido luego de que Saccone fuese derribado dentro del área y Herrera transformara el penal en el gol del empate. Eso le hizo tomar más confianza a los jugadores azzurros para ir en busca del triunfo, pero seguían estando algo imprecisos en la distribución del balón y muchas veces no probaban tanto al arco cuando se encontraban en posición de remate. Solo el reaparecido Verón tomó nota en este aspecto y a los 31 sacó un disparo desde lejos que dio en la parte superior del travesaño.
Mientras tanto, los de Villa Raffo aguardaban agazapados para aprovechar la desesperación del rival y dar el golpe definitivo. Así fue que, jugándose ya el segundo minuto extra y tras una buena jugada asociada, llegó el derechazo inatacable de Ortíz para cerrar la cuenta definitiva y agregarle algo más de preocupación a la gente de Italiano.
