Si el objetivo era no perder, el mismo se logró. Si la intención era terminar con el arco propio en cero, en ese aspecto también se aprobó. Sin embargo, el empate conseguido por Sportivo Italiano en su visita a Brown dejó muy poco para destacar y mucho para corregir en cuanto al nivel futbolístico que mostró en el campo de juego.
El nuevo entrenador Rubén Agüero, quien observó el partido desde la boca del túnel por no haber firmado aún su contrato, implementó un esquema muy particular para evitar que el local hiciese su juego característico, especialmente por los costados.
Por eso Saccone y Leclercq fueron ubicados como volantes carrileros para mantener ocupados especialmente a los marcadores y volantes laterales del conjunto tricolor, que suelen subir pegados a la raya para sumarse a la labor ofensiva. Allí se aprobó, aunque el ex Aldosivi casi no contribuyó en ataque tal cual es su función natural y el “Lobo” apareció en esporádicas corridas.
No obstante, Brown se las ingenió para complicar especialmente por la izquierda a través de Otermín y principalmente con Lemmo, quien era partícipe de cuanta jugada se generara cerca del arco azzurro.
Mientras Italiano seguía mentalizado en no quebrarse dentro del esquema estipulado, el conjunto conducido por Pablo Vico imponía muchas ganas, pero terminaba chocando contra la última línea visitante o se topaba con la seguridad de Flores bajo los tres palos.
Sin gritos terminó entonces el primer tiempo para pasar a una segunda etapa que arrancó con algún titubeo de la defensa visitante, dejando que Ledesma apareciera cómodo por izquierda y sacara un remate que se fue apenas arriba del travesaño cuando solo se jugaba el primer minuto.
Luego fue el equipo de Ciudad Evita quien amenazó en dos oportunidades. Primero a los 6 tras un corner de Leclercq desde la izquierda que Leandro Martínez conectó de cabeza en el área, pero la pelota picó y terminó saliendo por arriba del arco. Poco después, Flores despejó con el puño y arrancó una contra de Saccone, quien tras cruzar la mitad de cancha la pico y el baló cayó apenas atrás del travesaño.
Cuando parecía que Brown había perdido el control del juego, los cambios realizados en el cuarto de hora le dieron más aires y volvió a manejar las incidencias a tal punto que Leonardo Gómez debió rechazar de cabeza casi en la raya y el uno uruguayo no pudo distraerse ni un segundo.
Todo parecía encaminarse a los objetivos planteados, pero para ello el azzurro debió sufrir hasta el final, ya que un agarrón de Molina a Grbec posibilitó que el local contara con un tiro penal para quedarse con la victoria. Leo Gómez vio la roja por exceso verbal y allí llegó el turno de Flores para quedarse con el disparo de Biglia y también con el rebote posterior que lo enarbolara nuevamente como figura.
