El conjunto
“Quemero” fue notoriamente superior, pero falló en la definición y por eso solo
ganó por la mínima diferencia ante un Sportivo Italiano que nuevamente jugó sin
ideas y por momentos quedó muy expuesto, desperdiciando de esa manera la chance
de ganar para salir del fondo en los promedios.
El regreso
de Drago bajo los tres palos azzurros no fue suficiente para alcanzar la
solidez en una defensa que parece bien parada y firme, pero que en cualquier
momento se desordena y expone ciertas deficiencias.
Lo mismo
sucedió en el mediocampo, donde siguió sin encontrar la identidad como equipo,
sin la precisión para generar juego y sin la dinámica necesaria para abastecer
a los de adelante, aunque Rojano tuvo la más clara a los 32 del primer tiempo, pero
se encontró con la justa reacción del arquero para desviar una pelota que se
metía abajo junto al palo izquierdo.
A todo esto,
Acassuso estuvo sereno y seguro desde el comienzo, cuando los del “Tano” Pasini
insinuaron tomar el protagonismo, y poco a poco se fue animando a partir de la
solidez que brindaba no solo la última línea sino también Friedrich, ubicado como
el volante más retrasado.
Entonces
empezaron a llegar las chances desperdiciadas por el equipo de la zona norte,
primero por Prim y luego por Caballero, quien tendría su revancha a los 38 para
aparecer por atrás de todos en un tiro libre proveniente de la derecha y mandar
la pelota al fondo de la red.
Antes del
descanso y ya abajo en el marcador, Archubi probó de derecha y el balón salió
cerca cuando no había diferencias notorias con el local, pero en la segunda
etapa a Italiano se le nublaron por completo las ideas, no supo cómo
administrar el balón cuando se lo cedían y así fue casi imposible llegar al
milagroso empate.
Ada pasó a
ser imparable para cuanto rival se cruzase en el camino hasta quedar varias
veces mano a mano ante el uno visitante, pero la fortuna no estaba de su lado.
Los de Otta desnivelaban por todos lados, tanto por afuera como por adentro
para llegar con extrema peligrosidad al arco de enfrente, pero una vez el
travesaño, un par de salvadas en la raya y algún manotazo de Drago impidieron
que la diferencia en el marcador fuese mayor, tal cual se apreció dentro del
campo de juego.