En esta segunda presentación del equipo, primera como local, bajo la
conducción técnica de Daniel Vicentín, no se hicieron muchas variantes de
nombres entre los once más allá de las obligadas por lesiones o suspensiones,
pero el nivel futbolístico no mejora.
La primera parte tuvo al elenco rosarino presionando constantemente para
recuperar la pelota e insinuando un poco más, aunque sin la profundidad
necesaria como para llevar peligro hasta el arco de Griffo.
Con el correr de los minutos el “Azzurro” se fue acomodando y a partir
del cuarto de hora tuvo un lapso de casi diez minutos en los que se acercó con
chances claras de ponerse en ventaja, primero a través de un mano a mano de
Marecos que cortó justo Sgotti y luego con una subida de Tula por derecha y su centro
bajo que Cardellino no pudo conectar en el corazón del área.
Enseguida volvió a aparecer en escena Marecos, esta vez con un remate
desde lejos que se fue apenas arriba, pero después el partido dejó de ser
atractivo, la paridad fue casi absoluta y se fueron al descanso con el marcador
en blanco.
A tan solo dos minutos del reinicio, Cardellino cabeceó por arriba un
centro proveniente de la derecha, dando la pauta que el local buscaría
decididamente los tres puntos que le dieran una mayor tranquilidad en la ajustada
pelea por asegurarse un lugar dentro del Reducido.
Ultimamente al número nueve de Italiano no se le da ninguna, ni siquiera
cuando parecía ir camino a cortar su larga sequía de gritos porque Giroldi lo
derribó en la media luna y el arquero “Charrúa” vio la roja por último recurso,
dejando a su equipo con diez con mucho tiempo por jugarse.
Lógicamente se esperaría una mayor actitud del ACIA, algo que intentó
especialmente con las subidas de Greco por izquierda y mucho más de Bifiguer
por derecha. Sin embargo, seguía costando superar el orden del elenco visitante
que parecía no sufrir la diferencia numérica al jugar con uno menos.
Con el ingreso de De Porras - bastante activo - más la reaparición de
Robaldo, los de Vicentín terminaron jugando con cuatro delanteros, pero ni así
lograron poner en aprietos al juvenil Mastrángelo que había ingresado para
ubicarse bajo los tres palos.
Por si fuera poco, Central Córdoba amenazó con llevarse todo cuando
primero Bracco le dio mordido y el balón salió desviado, luego Cereseto se
encontró con la justa respuesta de Griffo en un mano a mano y en tiempo
adicionado Ferrari estrelló un remate en la parte externa del ángulo superior derecho.