Este inesperado desenlace no fue producto solo de los últimos noventa minutos, sino también de lo poco que había mostrado el azzurro en el partido de ida del pasado martes, donde había obtenido un empate casi inmerecido.
La importancia de lo que se ponía en juego obligaba a los dirigidos por Alberto Pascutti a tener una concentración y entrega extras dentro del campo de juego, pero salvo pocos excepciones resultó ser un equipo inexpresivo.
El partido decisivo tuvo desde el inicio bastante nerviosismo, a tal punto que el árbitro se la pasó más tiempo con la tarjeta amarilla en el aire que en el bolsillo e incluso debió utilizar la roja antes del descanso por la agresión mutua entre Leonardo Gómez y Lucas Lazo.
Si bien la defensa de Italiano no tenía mucho trabajo, Anconetani intervino algo más que su par “Charrúa”, mientras que en el medio los volantes presionaban para ganar la pelota, pero generalmente terminaba dividiéndola.
En tanto, Britos daba claras muestras de que no estaba al cien por ciento en lo físico, Rami permanecía muy estático y Verón no lograba desequilibrar con la facilidad que lo había hecho en el encuentro de ida. Pese a esas limitaciones, en los pies de la “Bruja” estuvo la jugada más clara de la primera parte cuando entró al área del medio hacia la izquierda y tras quedar mano a mano con el uno sacó un remate débil.
Para la segunda parte el técnico azzurro mandó a la cancha a Astudillo por Rami, Huerta retrocedió para ocupar el hueco del expulsado Leo Gómez, Pinto se adelantó por izquierda y Seba Gómez se corrió a la zona del círculo central. Sin embargo, esos movimientos no hicieron efecto porque seguía predominando la confusión.
Ni hablar del golpe que significó el gol de Figueroa a los 13 para poner el 1 a 0 de la visita., ya que los de Ciudad Evita dejaron de lado cualquier planteo táctico y posicional para transformarse en un puñado de voluntades sin ideas. Un disparo cruzado de Gauna desde la izquierda hizo levantar a la gente, pero la pelota se fue por el otro lado y el empate que le aseguraba la permanencia parecía cada vez más lejano.
Faltando un minuto y con todo el equipo local jugado en campo adversario, Blanco perdió la pelota con De Bruno, Lescano encaró a Anconetani cerca de la línea del medio campo y se fue directo hacia el 2 a 0 que cerró definitivamente la historia con Central Córdoba ascendiendo a la B y Sportivo Italiano descendiendo a la C.
