El hecho de
ser puntero atrajo a muchos hinchas de Sportivo Italiano que hacía tiempo no
concurrían al estadio de Ciudad Evita, quizás porque aún seguían golpeados por
el descenso a la C sufrido hace un año y medio atrás.
Así triplicó
su asistencia habitual en lo que va del torneo con una platea que estuvo casi
completa y una popular que desde temprano lució un espectacular colorido,
incluso cubriéndose con humo rojo, blanco, verde y azul cuando el equipo salió
a la cancha.
Los alambrados perimetrales estuvieron decorados de banderas en su gran mayoría tricolores y una de
fondo azul con letras blancas y un escudo en el medio que decía “La gente buena
va al cielo y la de Italiano a todos lados” hizo su estreno detrás de uno de
los arcos.
El aliento
fue intenso durante los 90 minutos al ritmo de los bombos y redoblantes, aun cuando
el empate parecía consumado, hasta que el agónico gol de Oviedo produjo un
fuerte grito de desahogo para que la fiesta terminara siendo completa.