Fue el local quien tomó protagonismo en los primeros minutos a través las desequilibrantes apariciones de Verón, primero con un centro cerrado que el uno despejó con los puños y luego con un cabezazo que terminó en las manos del arquero.
Pero fueron solo diez minutos de presión local porque después el “Pincha” fue ganando unos metros a medida que Torresi se acomodaba y que Cardoso se animaba a alguna jugada individual.
Los del fondo azzurro permanecían bien parados, el debutante Huerta tenía un buen desempeño en el medio y entonces los de adelantes estaban más sueltos para cumplir con su trabajo, aunque volvía a repetirse como en los partidos anteriores la falta de gol.
Astudillo enganchó, le dio mordido y la pelota salió al corner. En otra Huerta le dio desde afuera del área y el disparo salió muy alto. Después fue Britos quien buscó el arco tras un lateral desde la derecha, pero su zurdazo salió cerca del palo izquierdo.
Era muy poco como para romper el cero ante un Estudiantes que tampoco contaba con ideas claras más que buscar con algún pelotazo a Montenegro, por lo que se fueron al descanso casi sin emociones.
Para la parte final Verón e Imperiale intercambiaron sus posiciones y el juvenil siguió siendo la carta más desequilibrante de Italiano, aunque a los diez se perdió la apertura del marcador cuando decidió definir desde ángulo cerrado y lo tapó el arquero mientras sus compañeros esperaban el centro.
Sin embargo la historia no cambió porque el trámite se fue enfriando cada vez más. Britos jugaba más cerca de los volantes que de los delanteros por lo que no podía mostrar lo mejor y tras los ingresos de Ibañez y López tampoco encontró la forma de asociarse en busca del gol.
Pasaban los minutos y nada ni nadie hacían presagiar el cambio de rumbo de un partido pobre, para el olvido y lamentado por aquellos hinchas que se acercaron al estadio pese a que el mismo era televisado.
