






Ambos equipos se repartían tibios intentos que terminaban con la pelota saliendo lejos de los palos o con los arqueros conteniéndola sin complicaciones, por lo que el cierre de la primera etapa sin gritos fue lo más justo.
El segundo tiempo no varió mucho porque siguieron inquietándose muy poco y ninguno tomaba la iniciativa hasta que pareció despertarlos un poco el remate de Varaldo que dio en la parte posterior del palo izquierdo cuando se jugaban once minutos.
Cinco después del aviso del nueve azzurro, Brandán hizo una jugada bárbara desde casi media cancha en la que eludió en velocidad a dos jugadores, pero al ingresar al área le pegó muy mal al balón y se fue completamente desviado.
En medio de la amenazante niebla en la fría noche de Ciudad Evita aparecía Saccone con sus enganches para levantar al público presente, que en esta ocasión se limitó a observar el partido tranquilamente, dejando de lado los reproches e insultos permanentes de las anteriores presentaciones.
Del otro lado, Roldán hacía variantes para renovar el aire y probar elementos con vistas al futuro. Justamente dos de los ingresados casi cambian el destino del cotejo porque primero Risso la tiró afuera en el mano a mano con el arquero y luego Rodríguez se topó con la seguridad de De La Fuente.
Pero todo quedó ahí más allá de un último intento de Britos ahogado por Gutiérrez, que terminó cerrando un año futbolístico para el olvido por parte de Sportivo Italiano con el decretado descenso. Un final muy difícil de digerir teniendo en cuenta que ayer se cumplió justamente un año de haber festejado el título de la Primera B que lo depositaba al Nacional.
FOTOS: JULIETA MUZZUPAPA