A medida que pasan las fechas y se acerca el final del campeonato, los de Pascutti están cada vez más obligados a sumar para permanecer en la categoría y por eso no dudaron en salir a buscar el arco de enfrente desde el pitazo inicial, haciéndose dominador absoluto en el primer cuarto.
A los 16 Verón fue derribado por Nebot cuando ingresaba gambeteando al área y el juez no dudó en cobrar penal. Britos lo ejecutó fuerte al medio y salió a festejar, pero López Aldazábal hizo repetir el remate por invasión, algo que realmente no existió. El diez azzurro se hizo cargo nuevamente y puso arriba a los de Ciudad Evita.
Todo parecía encaminarse a una tarde feliz para Italiano, pero a los 21 solo el árbitro vio mano de Blanco en el área, cobró la pena máxima y el “Dragón” llegó inmerecidamente al empate a través de la ejecución de Martín Batallini.
El local pareció acusar el golpe y cedió algo de protagonismo a medida que Lillo comenzaba a ganar el duelo en la mitad de la cancha donde Huerta sentía su inactividad y Correa no lograba contener las subidas de Nadal por su sector.
A los 37 y tras una guapeada de Correa, Rami tuvo el segundo, pero se interpuso Griffo sacando la pelota al corner. También estuvo cerca la visita cuando Bustos desaprovechó la buena jugada previa de Nadal y se fueron al descanso iguales.
Italiano salió a buscar el triunfo con la misma intensidad que al comienzo, dejó algunos espacios para que “Defe” explotara la contra, algo que se concretó a los 2 minutos cuando Bustos se fue por izquierda sin que nadie pudiese cruzarlo y lanzó un centro bombeado que se metió por detrás de Anconetani.
Entró Ronconi y luego Mansilla para tratar de revertir la historia, pero el nerviosismo se había generalizado tanto en los jugadores, que se fueron cargando de tarjetas, como en los hinchas a raíz de los gruesos errores del árbitro y de su primer asistente.
Ni hablar cuando en el minuto 20 cuando tras un centro se vio un claro agarrón a Blanco pero la jugada continuó, Mansilla estrelló la pelota en el travesaño y en el rebote apareció Rami para convertir. Sin embargo, el línea marcó un dudoso fuera de juego y el partido se interrumpió unos minutos por la reacción de la gente.
El partido se había distorsionado demasiado y hasta el final todo fue desprolijidad, a tal punto que Ronconi vio la segunda amarilla por una caída en el área producto del impulso y no porque haya fingido una falta, mientras que Correa vería la roja ya en tiempo adicionado cuando no quedaba más por hacer.
