El azzurro arrancó
como para arrasar, con toques verticales del medio hacia adelante y avances
profundos. De tanto insistir, a los tres minutos tendría su primera chance
cuando Laso cabeceó un tiro libre proveniente de la derecha y Valiñas sacó al córner.
Pero después
los de Ciudad Evita fueron puro vértigo y entraron en el juego que le propuso
el local, con un constante ida y vuelta casi permanente, aunque sin tanta
actividad para los arqueros.
Con un medio
campo bastante combativo, el anfitrión peleó cada pelota dividida como si fuese
la última y durante la primera parte explotó mucho el sector derecho a través
de Ricci y de Segovia para llegar hasta el arco de enfrente.
A los quince,
Drago debió manotear un centro que se le metía por arriba y que había partido
justamente desde los pies del número cuatro local y pocos minutos después se
produjo la jugada más clara de peligro cuando Kasburg, con el uno desacomodado,
cabeceó junto al palo derecho un envío de Segovia.
Tras una
primera parte que se cerró con el marcador en blanco, Lamadrid se encargó de
cortarle el circuito ofensivo a su rival y así evitó que le llegaran con
peligro a Valiñas, mientras que Veloso fue quien encabezó cada intención de
ataque hasta que debió salir por cansancio.
En un
partido tan disputado, impreciso, algo cortado, de muchas pelotas paradas y en
un campo de juego que no era el apropiado, daba la impresión que iba a marcar
ventaja quien sacara un conejo de la galera o quien aprovechara algún error del
adversario.
Así fue que
Burzac puso arriba a Italiano con un zapatazo de otro partido que se metió
junto al palo derecho y sesenta segundos más tarde Lanaro encontró dentro del
área una pelota que no pudo ser despejada para volver a poner las cosas
iguales.
La historia
no varió hasta el final e Italiano vio frustrada su intención de quedarse con
los tres puntos, principalmente porque sigue sin aceitar su trabajo zona de
volantes, donde a Sosa se lo vio como enredado, mientras que Di Biasi en vez de
asociarse con los de adelante debió preocuparse más en evitar que se le
proyectaran por su sector y Burzac, pese a mostrar sus grandes cualidades
técnicas, no termina de consolidarse como el eje permanente.