Por tercer
partido consecutivo (4to. Si se incluye la Copa Argentina), el delantero
Antonio Rojano fue partícipe del triunfo de Sportivo Italiano convirtiendo un
gol y rectificando su buen presente, el mejor desde que llegó al club.
La
efectividad frente a los arcos rivales que está teniendo el ex Gimnasia de La
Plata es complementada con una gran cuota de sacrificio para que el Azzurro se
transforme en un equipo cada vez más consolidado en lo colectivo.
De entrada los
de Rizzi se llevaron por delante a su rival, incluso sin dejarlo cruzar la
mitad de la cancha y fue allí cuando tras un corner desde la izquierda apareció
Rojano para abrir la cuenta con un cabezazo cruzado.
Luego del
primer cuarto cedió un poco la presión del local y El Mate, a través de Borda,
logró en cierta forma equiparar la posesión del balón. Fue en ese momento
cuando en un descuido del fondo tano apareció el diez de la visita para que Drago
evitara el empate con los pies en una de las pocas chances que tendría en los
primeros cuarenta y cinco.
Leguizamón
se quedó con el segundo de Rojano al taparle un mano a mano a los 41, pero cuando
se cerraba la primera parte estiró la diferencia Laso, tras una exquisita
definición entre una multitud de jugadores que poblaba el área.
Justamente
los autores de los goles junto a Rosa se transformaron en los puntos más
fuertes de un equipo que cuando el cansancio afectó las piernas en el
complemento y a los 15 llegó el imprevisto descuento de Tello jamás se
desesperó.
Rizzi reacomodó
algunas piezas dejando una línea de tres atrás, Rosa delante de ellos y copó el
medio para asegurar la victoria ante un adversario que se la jugaba poniendo
más gente adelante.
Pese al
sufrimiento que generó el retroceso en el campo, el cerrojo azzurro funcionó a
la perfección, no se quebró y en los minutos finales incluso pudo haberlo
liquidado de contra.
Llegó el tan
ansiado final y el festejado de los hinchas por el tercer triunfo consecutivo
que deja a Italiano a solo cuatro unidades del líder, algo totalmente impensado
hace poco tiempo cuando el equipo parecía deambular sin rumbo ni identidad
futbolística.