En el
encuentro ante Liniers cuando el juez Rey Hilfer cobró penal para Italiano
comenzaron las discusiones entre quienes pretendían hacerse cargo de la ejecución.
Palavecino tomó la pelota y Selpa pretendía
sacársela a toda costa incluso cruzando algunas palabras a la vista de todos,
pero finalmente el defensor se hizo cargo como estaba estipulado de antemano.
La bronca
por el empate continuó en la zona del estacionamiento luego del partido entre
algunos socios que criticaban a la Comisión Directiva y unos dirigentes que se
encontraban en el lugar.
También fue
elevada la temperatura en la zona aledaña a los vestuarios, donde allegados de
ambos equipos se cruzaron verbalmente primero durante el encuentro y luego
cuando se retiraba la delegación visitante.
Para el
final quedó el diálogo que entabló el entrenador Mario Rizzi alambrado de por
medio con un grupo de hinchas que aguardó su salida durante un largo rato para
cuestionarle el flojo presente del Azzurro.