El puntero y
el último no se sacaron ventajas en el marcador, ya que Los Andes careció de la cuota de fútbol que lo caracteriza e incluso puso
en riesgo su invicto ante un Italiano que le planteó por momentos un partido de
igual a igual y que contó con las jugadas más claras para desnivelar.
La flamante dupla técnica azzurra trató de no
hacer cambios bruscos en el equipo, sino simplemente agregarle algunas
cuestiones tácticas teniendo en cuenta que enfrentaba al puntero.
Durante la primera parte, los de Lomas tuvieron
protagonismo, dinámica y profundidad, pero no contaron con la precisión
necesaria para concretar lo que insinuaba. Lorefice manejaba los hilos en la
mitad de la cancha, Vera se movía con velocidad y habilidad por todo el frente
de ataque, pero faltaban las sociedades de juego para crearle peligro a Drago.
Por su parte, Italiano contaría con las
situaciones más claras de gol pese a tener menor posesión, pero Oviedo
seguramente no olvidará una noche con la puntería torcida porque falló dos mano
a mano clarísimos en el primer tiempo y también desperdició un par de ocasiones
en el inicio del segundo.
Imprevistamente, la visita tuvo que hacer
tres variantes por lesiones, pero aun así no se resintió la estructura del
equipo, sino que por el contrario los que ingresaron lo revitalizaron haciendo retroceder
a su rival unos metros e impidiéndole avanzar por los costados.
Hasta que el
ingreso de Abregú volvió a despertar al líder y Vera estuvo de cara al gol en
un par de ocasiones, como también Linás tuvo su chance haciendo lucir al uno
visitante cuando el partido parecía estar abierto para ambos.
Pero dentro
de la cancha seguía sin reflejarse lo que muestra la tabla porque Italiano se
mantenía firme y ordenado con un Laso que, luego de un comienzo irregular, se
fue afianzando y fortaleció a la última línea hasta transformarse en figura de
un equipo que con más actitud y concentración logró cambiar su imagen.
Al final fue
un empate, que resulta muy meritorio si se tiene en cuenta como llegaba cada
uno, aunque la sensación final fue que el Azzurro podría haber dado la sorpresa
quedándose con los tres puntos de no ser porque Oviedo estuvo con la pólvora
mojada.