Más allá de que debió dejar su cargo por los malos resultados, Mauricio Piersimone recibió una calurosa despedida de los hinchas azzurros una vez concluido el partido frente a Luján.Desde temprano, el ahora ex entrenador vivió cada minuto de una forma diferente, con mucha más emoción que la habitual sabiendo que era su última vez al frente del Sportivo Italiano que tanto quiere.
Durante el encuentro se lo vio mucho más tranquilo que de costumbre, sin el nerviosismo lógico de cualquier técnico e incluso hasta se dio el gusto de entablar algún diálogo con los simpatizantes alambrado de por medio.
Una vez que sonó el pitazo final, levantó su brazo para saludar a todos los que desde la tribuna coreaban su nombre dando muestra de que la idolatría sigue intacta pese al mal presente futbolístico.
En las últimas palabras hacia sus dirigidos, ante a la prensa e incluso frente a los hinchas que aguardaron un largo rato para saludarlo, aguantó la emoción evitando lagrimear en público y expresó además sus deseos por regresar en otro momento.
