No fue un gran partido, no hubo grandes actuaciones ni muchas jugadas de peligro, pero los conducidos por “Cachín” Blanco hicieron lo justo y necesario para quedarse con los tres puntos, engrosar su bajo promedio y calladito prenderse en la lucha por los primeros lugares.
Todo comenzó con la iniciativa del local, llevando el juego a campo rival, abriendo por los costados, buscando por el centro, pero no lograba inquietar el arco de Gambandé. Britos era el eje, Saccone las corría todas, Heredia y López empujaban desde atrás, pero no lograban hilvanar una jugada precisa en los metros finales.
Por su parte, Talleres desplegaba una línea de cuatro bien firme atrás, un medio campo batallador donde resaltaba su número cinco Marrone, pero adelante dependía de lo que podía hacer el solitario Godoy, pocas veces bien asistido por Pérez o Cogrossi.
Pero no lograban sacarse ventajas más allá del mayor dominio de balón por parte del azzurro porque muy poco había para destacar más que alguna jugada aislada, pero siempre lejos de la línea de gol. Así los primeros cuarenta y cinco minutos tuvieron más color en la tribuna local que en el campo de juego.
Tras el reinicio, Italiano siguió yendo con énfasis al ataque, aunque ahora lo hacía con mucha más claridad y asociándose los hombres de mejor pie. Britos distribuyendo hacia los costados y penetrando por el centro más Saccone corriendo todo como si tuviera dieciséis años pese a sumar dos décadas más.
El apoyo de Heredia y López por afuera era importante, la categoría de Rodas plantado en el círculo central y una defensa que en esta oportunidad no trastabilló conjugaron a la perfección. Y no hay que olvidarse de Risso, quien a los cinco desvió un remate de Víctor Molina para anotar y tranquilizar a todos aquellos que ya lo miraban de reojo por su falta de gol.
Britos tuvo la oportunidad de estirar la ventaja a los 15, pero su tiro libre cerrado desde la derecha fue desviado al córner por el arquero. Después lo tuvo López pero otra vez se interpuso el uno y el travesaño le diría no a Risso.
Funcionaba por momentos a la perfección el tridente López-Britos-Saccone y el azzurro se permitía algunos lujos, pero sin anotar. Por eso se llevó un susto cuando a los 33 el remate de Marcos Godoy fue perfectamente desviado por Anconetani sobre su costado derecho.
Así es entonces que este Italiano empieza a ser regular en su rendimiento, algo fundamental para un torneo largo y de premio para uno solo. La próxima fecha quedará libre y podrá disfrutar de dos semanas con el ánimo alto. Distinta la situación de Talleres, que llegó eufórico con sus jugadores cantando en el micro y que la nueva derrota los devolvió a la realidad.
Todo comenzó con la iniciativa del local, llevando el juego a campo rival, abriendo por los costados, buscando por el centro, pero no lograba inquietar el arco de Gambandé. Britos era el eje, Saccone las corría todas, Heredia y López empujaban desde atrás, pero no lograban hilvanar una jugada precisa en los metros finales.
Por su parte, Talleres desplegaba una línea de cuatro bien firme atrás, un medio campo batallador donde resaltaba su número cinco Marrone, pero adelante dependía de lo que podía hacer el solitario Godoy, pocas veces bien asistido por Pérez o Cogrossi.
Pero no lograban sacarse ventajas más allá del mayor dominio de balón por parte del azzurro porque muy poco había para destacar más que alguna jugada aislada, pero siempre lejos de la línea de gol. Así los primeros cuarenta y cinco minutos tuvieron más color en la tribuna local que en el campo de juego.
Tras el reinicio, Italiano siguió yendo con énfasis al ataque, aunque ahora lo hacía con mucha más claridad y asociándose los hombres de mejor pie. Britos distribuyendo hacia los costados y penetrando por el centro más Saccone corriendo todo como si tuviera dieciséis años pese a sumar dos décadas más.
El apoyo de Heredia y López por afuera era importante, la categoría de Rodas plantado en el círculo central y una defensa que en esta oportunidad no trastabilló conjugaron a la perfección. Y no hay que olvidarse de Risso, quien a los cinco desvió un remate de Víctor Molina para anotar y tranquilizar a todos aquellos que ya lo miraban de reojo por su falta de gol.
Britos tuvo la oportunidad de estirar la ventaja a los 15, pero su tiro libre cerrado desde la derecha fue desviado al córner por el arquero. Después lo tuvo López pero otra vez se interpuso el uno y el travesaño le diría no a Risso.
Funcionaba por momentos a la perfección el tridente López-Britos-Saccone y el azzurro se permitía algunos lujos, pero sin anotar. Por eso se llevó un susto cuando a los 33 el remate de Marcos Godoy fue perfectamente desviado por Anconetani sobre su costado derecho.
Así es entonces que este Italiano empieza a ser regular en su rendimiento, algo fundamental para un torneo largo y de premio para uno solo. La próxima fecha quedará libre y podrá disfrutar de dos semanas con el ánimo alto. Distinta la situación de Talleres, que llegó eufórico con sus jugadores cantando en el micro y que la nueva derrota los devolvió a la realidad.