Otra vez Sportivo Italiano expuso más entrega que fútbol y pudo igualar frente a Midland recién a cinco minutos del final de un partido impreciso, friccionado, aburrido, con la pelota viajando más por el aire que por el piso y con escasas ideas colectivas.
El azzurro quiso hacerse patrón de entrada, pero no estuvo ni cerca de lograrlo más por errores y deficiencias propias que por virtudes rivales. Fue otra noche en la que no pudo recomponer las falencias del medio campo que arrastra desde hace tiempo, que complica a veces a los del fondo y deja además sin juego a los de adelante.
Fueron tibios intentos los que tuvo el elenco local frente a Barrera. Dos veces Soliño, una Heredia, otra Díaz y la más clara se produjo recién a los 42 cuando Mendoza, de frente al arco, le pegó muy mal de zurda por arriba del travesaño.
Por su parte, el conjunto de Merlo norte insinuó por un momento que podía controlar el juego haciendo solo un poquito más que su rival, pero dependió solo de alguna jugada individual que lograra despertar la modorra general. Encima perdía a Avalo por lesión y el ingreso de Bataras hacía rearmar el esquema.
La segunda etapa comenzó tan poco atractiva como la primera, pero a los diez Lamacchia cometió una falta que parecía evitable al borde del área y el tiro libre ejecutado por Madrid terminó en un rechazo corto de Drago que fue aprovechado por Cérica para abrir el marcador.
Allí la visita plantó dos líneas de cuatro bien definidas y a los de Santorelli no se les hizo nada fácil llegar al arco de enfrente. Así y todo Cobelli dijo presente con remate que dio en el travesaño e incentivó la posible levantada del equipo.
Los ingresos de Gauna y de Zalio le dieron más verticalidad al azzurro y entre ambos se encargaron de igualar el marcador a los cuarenta. Después quedó tiempo para dos polémicas manos en el área y la sensación de haber terminado mejor sencillamente por una cuestión de actitud.