La solidez que sigue mostrando el conjunto de Ciudad Evita en el sector defensivo no puede ser aprovechada a la hora de mirar para adelante, más allá de alguna aparición individual que tampoco logra ser desequilibrante.
El local tuvo una chance en el primer minuto de juego, pero con la expulsión del ex azzurro Acosta, a los treinta y por un golpe sobre Zalio, fue como que se olvidó del arco de enfrente hasta la segunda parte. No obstante, un cabezazo del número once forzó la estirada de Drago junto a un palo.
Mientras tanto, Italiano era un manojo de voluntades y solo de esa manera lograba aproximarse al arco de Monllor. Fede Díaz probó dos veces, en otra Soliño lo erró increíblemente delante del arco luego de que la pelota le picara mal y también Rosa probó sin suerte desde media distancia.
Ni siquiera fue una ventaja para la visita el hecho de haber jugado con uno más durante gran parte del partido, a tal punto que tras el descanso su producción fue menor aún a la expuesta en la primera parte.
Rizzo se lo perdió a los cinco y enseguida un zurdazo de Fede Díaz terminó con el uno sacándola al corner. Estas dos tempraneras jugadas de riesgo hacían imaginar que veríamos algo más atractivo, pero fue solo una ilusión porque el juego de ambos siguió siendo pobre.
No obstante, los de Villegas se las ingeniaron para mantener activo a Drago, generalmente con centros desde la izquierda buscando la cabeza de sus delanteros, que por suerte no estaban tan afilados.
Del lado de la visita, el ingreso de Ibañez luego de los quince no cambió casi nada y recién volvió a acercarse a ocho del final cuando Zalio habilitó a Mendoza, quien la cacheteó y la pelota rozó el palo derecho en lo que fue la jugada más clara.
Liniers no logra revertir su flojo presente (marcha penúltimo) y menos podía intentarlo al quedarse con diez a la media hora, algo que no supo aprovechar un Italiano que solo suma de a uno y en la semana se dio el lujo de desprenderse de Cobelli cuando en su plantel escasean goleadores.
